Escalera helicoidal de Borromini

En el interior del Palacio Barberini, uno de los edificios barrocos más fascinantes de Roma, se encuentra una obra maestra de la arquitectura: la Escalera Helicoidal de Francesco Borromini. Esta extraordinaria escalera, diseñada entre 1638 y 1643, representa uno de los ejemplos más innovadores y espectaculares de la arquitectura barroca, demostrando el genio de Borromini en el uso del espacio, la luz y las formas geométricas.

Una obra maestra de ingeniería y ligereza

La escalera helicoidal se despliega con una estructura en espiral que parece subir sin esfuerzo hasta el piso superior. A diferencia de las escaleras tradicionales de la época, ésta carece de pilar central, sino que se apoya en un sofisticado juego de empujes y contrapesos. Esbeltas columnas de travertino sostienen arcos rebajados que acompañan el movimiento ascendente de la escalera, creando un efecto de ligereza y fluidez.

Borromini, conocido por su habilidad para transformar elementos arquitectónicos en experiencias dinámicas, concibió esta escalera no sólo como un pasadizo funcional, sino como una obra de arte en sí misma. La luz natural, filtrada a través de las aberturas laterales, contribuye a realzar las formas, creando una alternancia de claroscuros que confiere profundidad y movimiento a la estructura.

Diferencias con la Scalone de Bernini

El palacio Barberini alberga otra escalera monumental, diseñada por Gian Lorenzo Bernini, situada en el ala opuesta del edificio. A diferencia de la escalera de Borromini, la de Bernini es más ancha, solemne y rigurosa, reflejando el estilo más teatral e imponente del arquitecto. La Escalera Helicoidal, en cambio, con sus proporciones más esbeltas y su armonioso ritmo ascendente, muestra el enfoque más experimental y visionario de Borromini.

Una experiencia única para los visitantes

La Escalera Helicoidal no es sólo un elemento arquitectónico de paso, sino un verdadero punto de interés dentro del Palacio Barberini. Su elegante estructura y la sensación de movimiento que transmite la convierten en uno de los rincones más fotografiados del palacio. Subir esta escalera es una experiencia que permite comprender la habilidad técnica y la creatividad de Borromini, en un contexto que celebra el Barroco en toda su expresividad.